
Ciclo Infancias: Canciones para mirar
Ingreso por orden de llegada hasta colmar capacidad (200 personas).
En los iconoclastas años ’60, María Elena Walsh cambió definitivamente la forma de hacer arte para las niñeces, sin subestimarlas y apostando a su inteligencia, sensibilidad e imaginación. Desde entonces sus canciones, que se mantienen absolutamente vigentes, han marcado felizmente la infancia de varias generaciones de argentines, aunque en realidad habría que decir que sus creaciones anulan la distinción entre obras “para adultes” y “para niñes”.
En Canciones para mirar, desde el absurdo y en un paisaje onírico atemporal, los personajes de Agapito y la Señora de Morón Danga construyen con los espectadores un vínculo basado en la fantasía. A partir de disparatados y maravillosos textos, y fundamentalmente a través de las canciones que todes saben, conocen y cantan, se ponen en escena el absurdo de la guerra y la violencia, el respeto y amor por les otres y el cuestionamiento al orden “natural” y jerárquico de las cosas y del mundo. La obra se presenta en el marco del 95 aniversario de nacimiento de la escritora.
El disco que reunió los temas del espectáculo Canciones para mirar apareció en 1963. En la contratapa del sobre que contenía aquella placa de vinilo escribió María Elena: ¿Por qué estas canciones son para mirar? La música no se mira, sólo se canta, se escucha y se baila. Pero sucede que los chicos saben mirar lo que no se ve y, cerrando muy bien los ojos, verán cómo juegan para ellos todas las personas que viven en este disco. Verán pasar a la Vaca Estudiosa camino a la escuela, verán a la Mona Jacinta haciendo monerías en la selva, verán al famoso Mambrú con su tricornio y su peluquín. Todas estas personas se escaparon de dos libros: Tutú Marambá y El reino del revés, y se pusieron un traje de música para correr por el mundo.